miércoles, 23 de enero de 2013

El 2013 no es para agoreros

El 2013 no es para agoreros
 
Nuria de Madariaga
 
Para los agoreros, los pejigueras y los proviceros el hecho de que este año del siglo XXI sea el número 13 ya es motivo más que suficiente como para que caigan en todos los anacronismos de la gramático parda y vaticinen todo tipo de calamidades venideras a lo largo de los próximos doce meses.
 
Y es que la ignorancia es muy osada por una parte y ...los supersticiosos tienen escasos conocimientos de numerología por otra. Sencillamente, para la numerología que es ciencia ancestral “ad majorem gloria” de la danza milenaria de la sabiduría, el número 13 ,sencillamente, “no existe” porque pasa automáticamente a convertirse en la suma de 1+3=4. Es decir que la esencia del 13 es el 4, número mágico y afortunado por excelencia. A saber: 4 aspas de la Cruz; 4 elementos; 4 puntos cardinales; 4 herramientas filosóficas: principios, normas, definiciones y preguntas; 4 tipo de alegorías para representar literariamente los contenidos del intelecto: círculos giratorios, árboles que permiten la expansión de lo unitario( el tronco) a lo múltiple (las ramas) en todos los órdenes del pensamiento, parábolas y diálogos; 4+4 el nombre que define a algunos de entre los seres humanos h-i-j-o +p-u-t-a.
 
¿Sabiduría hermética en estado puro dimanante de los grandes maestros? Sin lugar a dudas y en cuanto al 2 inicial del 2013, este primero va por libre y su lectra en numerología equivale a 2 maneras de conocer: lo sensible y los afectivo y 2 naturalezas de Cristo: humana y divina.
El próximo año viene por lo tanto cargado numerológicamente de buenos augurios y de los mejores influjos planetarios, así que anatemas y apercibimientos de pesimistas tendrán que desestimarse en bloque, porque son puras patrañas. Hay que perseverar en la rebelión contra la negatividad y a las emanaciones perversas (y no me refiero exclusivamente a las mentes agriadas por la envidia de las grandes centrales sindicales) y afrontar el 2013 con lucidez, voluntad y una fe apasionada. Y no olvidar que en el que fue best seller “Un curso de milagros” se dice que “los milagros son naturales, algo va mal cuando no ocurren”.

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