miércoles, 6 de febrero de 2013

Peritos y polígrafos


Peritos y polígrafos

 

Nuria de Madariaga

 

Texto : Vaya por delante que no considero creíbles los documentos publicados por algunos medios con el calificativo de “Papeles de Bárcenas” y “Contabilidad B del PP”. Me resulta y seguro que a ustedes también les resulta, inaudito el que un tesorero del principal partido de España llevara las cuentas igual que en los setenta, a base de apuntes y en plan “papelillos”. ¿Es que tal vez Bárcenas ignoraba las ventajas de los sistemas contables utilizando herramientas informáticas?. Cutre y burdo, a modo de lista de la compra de un contable de los años sesenta o incluso del siglo XIX, hay que imaginárselo ajustando pulcramente sobre la chaqueta aquellos manguitos blancos que utilizaban los escribientes para no mancharse los trajes de tinta. Demasiado cutre y demasiado burdo como para haber montado este escandalazo que de alguna manera ha resultado providencial para algunos y pongo como ejemplo a Diego Torres y a Urdangarín que han visto como la grillera de Noos y de la fianza de los ocho millones de euros se desinflaba y de alguna manera se solapaba con el festival de los “sobres” con sobresueldos y las cajas de cartón con los billetes de la supuesta financiación ilegal.

   Puro “Torrente el brazo tonto de la ley” porque de ser Torrente el tesorero seguro que los dineros iban en cajas en lugar de elegantemente ocultos por maletines y los sobres se iban repartiendo por los despachos a modo de aguinaldos “de los de antes”. ¿No parece demasiado sórdido para la era de la globalización? Sospechas de montaje puro y duro a mi entender. Y mucho de “irse de ligeros” publicando unos documentos si antes no han pasado por el filtro de los peritos calígrafos, capaces de constatar de forma fehaciente que la letra, los números y las tachaduras corresponden al ex –tesorero. “Algo tendrá el agua cuando la bendicen” y Bárcenas no es tan necio como para pedir una prueba caligráfica que demuestre la falsificación de los apuntes contables perpetrados a la manera decimonónica y encima pedir ser sometido al polígrafo.

Sí, al polígrafo científico que es algo más serio que los shows televisados donde se trata de constatar la sinceridad de quienes afirman haberse acostado con este o con el otro, un tipo de polígrafo cuyo uso es legal y considerado imprescindible para las investigaciones policiales en la mitad de los Estados de EEUU y que son llevados a cabo por peritos científicos titulados. ¡Lástima que en España este instrumento que puede ser fundamental para determinar la culpabilidad o la inocencia haya quedado postergado a charanga de programas de casquería del corazón! ¿Oportunidad perdida o reto futuro para dotar de mayores garantías la labor de los investigadores? Eso depende de si el sistema en general se moderniza o si continúa en plan “chusquero”. ¿Existen carencias que suplir en España? Innumerables. Y no todas han de pasar por la inevitable alusión al desempleo juvenil, extremo argumental muy popular pero que obvia la evidencia de que hay paro entre los jóvenes, que aún tienen vigor, ganas y cojones como para emigrar a buscarse las habichuelas, quienes carecen mayoritariamente de ese empuje son los millones de parados de más de cuarenta y cinco años, con cargas familiares y con escasas perspectivas laborales, esos son quienes viven la mayor tragedia. Similar a la que puedan vivir las criaturas que pudiendo demostrar su inocencia con la utilización de un medio científico como el polígrafo, se ven imposibilitadas a hacerlo porque nuestro Ordenamiento caduco, desfasado y melindroso lo impide.

¿Y si la verdad o la falsedad de estos  papeles mugrientos y rudimentarios que implican a tantas personas se pudiera determinar legalmente con el uso de un polígrafo? ¿Cuántos pedirían ser examinados con este método y así despejar dudas? Muchos. Pero como la alternativa no existe se tienen que joder y tal vez reflexionar sobre las ventajas de llevar la imaginación al poder y de rodearse de genios en lugar de hacerlo de “fieles de toda la vida” que se mueven bajo el slogan general y genérico de “¿Y de lo mío, qué?”.

Resolver esta caza de brujas y desescombrar el panorama de sospechas y medias certezas de corrupción o no corrupción, de montaje tipo 13M o cortina de humo tipo malayas y ballenas blancas que evitaban mirar hacia los faisanes que se largaban volando y hacer que miren para otro lado quienes aún se extrañan de no haber visto los grandes capitonés ante elegantes y abolengosas mansiones embargando cuadros, muebles y todo lo embargable, no como en otros casos en los que sus propietarios no tuvieron la ventaja de largos plazos para depositar fianzas, porque de entrada fueron a la cárcel y vieron imputadas a sus esposas e hijas. Esos que murmuran y se rascan las cocorotas que bullen de mala leche ante la desigualdad absoluta en el trato y que ven prioritario que resolver el engendro y el espectro de una inmundicia que quiere engullir al Partido Popular sea labor de peritos y de técnicos, de científicos y de que-re-llas, que no de demandas civiles.

¿Y por qué de que-re-llas? Porque quien se querella por calumnias sabe que puede toparse con la “exceptio veritatis” es decir “la excepción de la verdad” que viene a ser que si tú a un tío le llamas ladrón y puedes demostrar fehacientemente que lo es, no existe la calumnia. Mejor querellas si no se teme que el de enfrente se pueda revolver y demostrar que tiene razón. Por calumnias se si acusa de un delito y por injurias si te llaman hijoputa o similar.

   Golfos y chupópteros existirán en el PP como existen en todas partes porque los “espíritus puros” elevados a la categoría de formación política solo se dan en los ejércitos angelicales. Pero la inmensa y abrumadora mayoría del Partido Popular con Rajoy y Cospedal a la cabeza son personas de bien, yo apuesto por ellos, mi confianza está en ellos, una de mis principales libertades es poder tener la libertad de estar equivocada, pero en este caso “siento” que no me equivoco, cuestión de fe y de intuición. Ahora que hablen peritos y polígrafos.

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